Microbiota intestinal y deporte (en OKPATINES)

neusarimany

Original publicado en OKPATINES aquí.

Los conceptos en medicina evolucionan desde la simplicidad hasta la enorme complejidad con la que hoy se contempla nuestro organismo. Un ejemplo de ello es el tubo digestivo: se le adjudicaba una única función de transporte y absorción de nutrientes y ha pasado a ser considerado la frontera natural del organismo, el lugar en el que se diseña la salud inmunitaria y los mecanismos íntimos de defensa que nos permiten reconocer el amigo, del enemigo y atacar con éxito a este último.

El tracto gastrointestinal humano es un ecosistema complejo colonizado por centenares de especies microbianas diversas, y la llamada “flora microbiana normal o microbiota” es un delicado equilibrio entre especies que puede variar incluso entre diferentes personas, fruto de sus características personales y de su dieta.

La microbiota intestinal está formada por el conjunto de bacterias que viven a lo largo de todo nuestro intestino. Se estima que el número de especias bacterianas diferentes que encontramos en la piel es de 180, aproximadamente 700 en la boca y más de mil especies diferentes en el tracto gastrointestinal, constituyendo esta última la principal vía de entrada de microorganismos al interior del cuerpo humano. Estas bacterias pueden ser residentes o autóctonas o también transitorias u oportunistas.

La distribución no es uniforme a lo largo de todo el tracto; en el estómago y duodeno la población es más reducida debido a las condiciones hostiles que proporcionan las secreciones gástricas, biliares y pancreáticas y a la elevada movilidad peristáltica que dificulta la colonización de la mucosa. Según vamos descendiendo por el intestino, el número de bacterias que encontramos va creciendo alcanzando su máximo en el colon gracias a la mayor concentración de nutrientes que pueden ser utilizados por las bacterias y a un tránsito más lento.

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Fotografía: Jordi Sarola, Feria Alimentaria (Barcelona)

La microbiota intestinal ejerce funciones indispensables para el organismo:

  • Desde el primer momento del nacimiento colabora en el desarrollo del sistema immunitario adaptativo al mismo tiempo que ejerce una función defensiva de barrera que evita que bacterias y virus patógenos se adhieran a la mucosa y puedan causar enfermedades.
  • Interviene en el metabolismo de algunos nutrientes como la lactosa, las proteínas y las grasas facilitando su digestión y absorción.
  • Algunas bacterias pueden sintetizar vitaminas que podemos absorber como la K, B6, B12, tiamina, ácido fólico y ácido nicotínico.
  • También evitan la unión de algunos minerales con otras sustancias de los alimentos aumentados su disponibilidad, es el caso del calcio, hierro, cobre o cinc
  • Modula además el crecimiento y la diferenciación de las células epiteliales, un factor fundamental en la protección contra el cáncer.
  • El 95% de la serotonina (neuromodulador muy importante) se produce y se almacena en el sistema nervioso entérico, o cerebro digestivo. Algunas señales del sistema entérico llegan de manera directa a estructuras de nuestro cerebro que tienen un importante rol en las emociones (situaciones de estrés psicológico, ejercicio exhaustivo,..) i mucha conexión en la mejora del rendimiento

 Una microbiota intestinal estable y equilibrada es una garantía de salud. Eso se puede conseguir por medios dietéticos gracias a los denominados alimentos probióticos y prebióticos.

 Yogures, galletas, zumos i panes efecto bífidus han entrado en nuestra dieta con mucha publicidad i escasa información. Estos súper alimentos, englobados dentro de productos prebióticos y probióticos se han popularizado y se ha creado una gran expectativa entre los consumidores sobre sus posibles efectos positivos. Pero que son en realidad? Son lo mismo?

La OMS define a los alimentos probióticos como “aquellos alimentos que contienen microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas producen beneficios para el huésped”. Las bacterias con actividad probiótica son en general lactobacilus y bifidobacterias, ciertas clases de escherichia y otros microorganismos no bacterianos como el sacaromices boulardii.

Los probióticos se pueden obtener de los alimentos, principalmente productos lácteos (yogures frescos y leches fermentadas (kéfir, chucrut,…),   pepinos encurtidos, la col , alimentos a base de soja (como el miso o el natto) y de los suplementos comerciales. Los alimentos son una mejor opción debido a los efectos sinérgicos entre los compuestos de los alimentos y cultivos probióticos.

En cuanto a los prebióticos la OMS los define que son ingredientes no digeribles de los alimentos que afectan al huésped estimulando el crecimiento o la actividad de un número ilimitado de bacterias del colon”. Los dos prebióticos más estudiados son los fructooligosacáridos o FOS conocidos a como oligofructosa y inulina. Son carbohidratos presentes en la miel y en vegetales como el ajo, la cebolla, el puerro, el espárrago, la alcachofa, la raíz de chicoria, el tomate, el plátano, etc.

También se pueden sintetizar artificialmente desde la sucrosa, tal y como se realiza en los preparados comerciales hidrocarbonatados eficaces en la población que realiza esfuerzos intensos (dextrina presente en la mayoría de las bebidas de reposición hidroelectrolítica).

Son varios los factores que pueden afectar de forma negativa a la flora intestinal del deportista, y por tanto debilitar el sistema inmune de nuestro organismo. Los más destacados son:

  • Estrés: las situaciones de estrés afectan directamente al desarrollo de la flora intestinal
  • Disminución del flujo de sangre en las vísceras durante la práctica deportiva
  • Uso de anti-inflamatorios
  • Dieta hiperproteica: modifica la flora intestinal
  • Hipoxia

CarxofesFotografía: Jordi Sarola, mercado de Sant Josep (Barcelona)

Beneficios de los pre y probióticos en el deportista

Como hemos hablado anteriormente, el deportista de resistencia o en los deportes en que los entrenamientos o carga de trabajo son muy importantes tienen que tener especial cuidado con el sistema inmune, siendo la enfermedad más común entre los deportistas la infección del tracto respiratorio superior. Los probióticos disminuyen la incidencia de infecciones en el tracto respiratorio.

Los últimos estudios, demuestran que la suplementación en deportistas con probióticos, puede mejorar la función de la barrera intestinal y la inflamación de bajo grado en individuos sometidos a ejercicios con un esfuerzo sostenido.

Otras investigaciones concluyen que los probióticos reducen sustancialmente el número de días y la gravedad de enfermedades respiratorias en corredores de resistencia altamente capacitados.

No obstante se debe extremar la precaución de su uso en deportistas con antecedentes de problemas del tracto gastrointestinal (enfermedad celíaca, síndrome de intestino irritable,…) dado que existe riesgo de aumento de la irritabilidad intestinal

En definitiva las últimas evidencias científicas van en la línea de que los probióticos pueden proporcionar a los deportistas beneficios para la salud, que podrían afectar positivamente al rendimiento deportivo a través de una mejora de la recuperación de la fatiga, la mejoría de la función inmune y el mantenimiento de la salud del tracto gastrointestinal.

Esta evidencia se está desarrollando poco a poco y todavía la evidencia no es concluyente. Un hecho de suma importancia a tener en cuenta es que los beneficios informados de los probióticos han sido considerados sólo en determinadas cepas y a dosis concretas. De manera que tanto para el estudio de los probióticos y prebióticos es imprescindible tener esto en cuenta. Tales estudios aparte de establecer los efectos de cada ingrediente, deben también de tener en cuenta el mecanismo de actuación y, si es posible, llevar a una validación biológica de marcadores.

CONCLUSION: La flora intestinal, es por tanto un agente esencial a cuidar en el equilibrio del individuo dentro de su entorno ambiental

Bibliografia consultada:

1.-Lopez-Varela, S., Gonzalez-Gross, M y Marcos, A.” Functional foods and the immune system: a review”. J. Clin. Nutr (2002):56 (Supl 3), 29-33)7

2.- Gibson, G.R. y Roberfroid, M.B: “Dietary modulation of the human coloni microbiota: introducing the concept of prebiotics”. Nutr. 1995 25, 1401-1412

3.- Blaut, M and Clavel, T. (2007).” Metabolic diversity of the instestinal microbiota: implications for health and disease”. Journal of Nutrition, 137 (3 Supl 2):751S-755S

4.- Sanz, J. Dalmau. Los Probióticos en el marco de la nueva normativa europea que regula los alimentos funcionales”. Acta Pediatr. Espa. 2008 , 66(1):27-31

Autora:

Neus Arimany Criballés.

Dietista-Nutricionista Especializada en Deporte

Integrante y miembro fundador de ADNEEC

www.fisiocorporal.com

www.psigma.cat 

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